sábado, 28 de abril de 2012

Refugi d'Amitges

Puente de mayo de contrastes y sorpresas en la zona de l’Estany de Sant Maurici (único parque Nacional de Catalunya) con la intención de aprovechar las últimas nieves de la temporada en el Refugi d’Amitges.

Viernes de ruta, cenamos en el restaurante Dianapolis de Tremp, curioso local todo en uno, con un pequeño espacio para niños, otro para lectura, dos grandes monitores, uno con películas y otro con deportes, donde destaca más la zona para desayunar (tipo panadería), aunque también tiene un buen menú para las comidas. Dormimos en Gerri de la Sal, con sacos de verano y una temperatura aprox. de 23ºC, algo inusual en esta zona y en estas fechas.

La mañana del sábado, de nuevo en ruta, nos encontramos con una carrera ciclista, lo que retrasará la hora de salida prevista, así que decidimos parar a desayunar en Montardit, pueblo situado a pocos kilómetros de Sort. Llegamos a Espot, donde dejaremos el coche y compraremos las últimas provisiones.

Para llegar al Refugid’Amitges, tenemos varias alternativas:

·       Recorrer a pie unos 10 Km por pista asfaltada hasta l’Estany de Sant Maurici y desde aquí, seguir por pista no asfaltada hasta el refugio (unos 4 Km más).
·       Llegar en coche hasta el parking de Prat de Piarró, con zona habilitada para minusválidos. Caminar 5 Km por pista asfaltada hasta l’Estany de Sant Maurici y desde aquí, seguir por pista no asfaltada hasta el refugio (unos 4 km más).
·       En taxi 4x4 desde Spot, por 5,5 €/pers. hasta l’Estany de Sant Maurici o pagando 13 €/pers hasta donde la nieve lo permita. En este caso, es necesario un mínimo de 6 personas y en apenas una hora, llegaremos al refugio.

En nuestro caso, un poco de suerte y un mal entendido con la reserva del taxi, nos permite iniciar el trayecto en l’Estany de Ratera, justo donde empieza la nieve. Además, la simpática taxista, nos hace de guía con pequeñas explicaciones de las vistas y las normas del parque. Desde aquí con esquís en los pies, siguiendo la pista sin asfaltar, apenas una hora hasta el Refugi d’Amitges (2.366 m). Las previsiones meteorológicas se cumplen y como se nos ha retrasado la salida, no podemos aprovechar la pequeña tregua de lluvia, así que llegamos empapados al refugio. Por suerte, está perfectamente acondicionado y dispone de calefacción, por lo que pronto entramos en calor. Por la tarde, con visibilidad nula y lluvia constante, no podemos realizar la ruta prevista, así que toca relax y preparar diferentes opciones para el día siguiente. Las previsiones anuncian una pequeña mejora durante la mañana y de nuevo, precipitaciones por la tarde, pero la montaña es imprevisible, así que deberemos tener preparadas varias alternativas.

Con estas condiciones, somos los únicos que hemos llegado al refugio. Es un privilegio tener todo el espacio para nosotros y aprovechar la encantadora compañía de los guardas, con los que compartimos mesa en la cena. Este acercamiento, nos permite intercambiar opiniones y entender el refugio desde otro punto de vista. Nos damos cuenta que las sucesivas anulaciones, además de la pérdida económica, supone un derroche de recursos, más bien escasos en estas alturas. Una previsión de reservas para 16 personas, obliga a descongelar con antelación comida suficiente para todos, que evidentemente se perderá. Anular la reserva con tan poco tiempo, conlleva la pérdida de la fianza (20 € por personas en este caso), pero esto no justifica que no se intente avisar con la máxima antelación para causar las mínimas molestias posibles. Un buen momento para quitarnos ese tic urbanita, que en ocasiones nos lleva a pensar que un refugio de alta montaña, es un encantador hotel con vistas.

La mañana del domingo amanece muy tapada, pero hacia las 9 h, unos claros nos animan a iniciar la excursión. Nos decidimos por el Pic d’Amitges, a priori, cercano y sin dificultad, pero con esta inestabilidad, nunca se sabe.

Desde el refugio, descendemos unos metros hasta l’Estany Gran d’Amitges siguiendo hasta el final de l’Estany de la Munyidera, empezando a ganar altura primero en dirección Norte y luego en dirección Este hacia las Agulles d’Amitges. Este tramo es un poco más largo que el sendero de verano, pero lo realizamos para evitar los pasos más comprometidos por el elevado riesgo de aludes. El manto de nieve es muy engañoso. El sábado llovió durante todo el día y las temperaturas subieron, provocando una superficie muy inestable, tapada por unos 20 cm de nieve nueva caída por la noche. La capa que está en contacto con la tierra, está totalmente fundida y mientras abrimos traza, una capa de nieve sopa queda a la vista. Todo esto, añadiendo los continuos crujidos de las montañas y pequeñas purgas de fusión, nos hace extremar las precauciones y aminorar la marcha.

Tras superar el collado en dirección Norte (podemos ver el Tuc de Saboredo mirando al Nor-Oeste), retomamos el sendero que lleva al Coll d’Amitges para dejarlo sobre los 2.700 metros y abandonar los esquís. Nos calzamos los crampones y piolet en mano, encaramos el pico directamente en dirección Nor-Este, subiendo por un pequeño canal de aprox. 40º. Coronamos primero la punta Este del Pic d’Amitges (2.848 m) y a continuación la punta Oeste (2.837 m). Foto de rigor y a bajar rápidamente por la llegada de nubes amenazadoras. Desde este punto, se puede abordar el Pic de Saboredo (2.829 m), para descender por su pala Este, pero de nuevo la gran inestabilidad, nos obliga a desistir.

Deshacemos el tramo de subida hasta recuperar los esquís, para seguir en dirección Sur-Este y encontrar la Coma d’Amitges. Pronto llegamos al Estany Gran d’Amitges, que rodeamos por el Norte. En este punto nos encontramos una nueva sorpresa al observar que nuestras trazas dejan al descubierto el agua del lago. A pesar de estar cubierto por unos 40 cm de nieve, la capa de hielo se ha fundido, por lo que debemos abandonarlo rápidamente, ganando altura por el camino de verano hasta el refugio.

Por la tarde, las previsiones se cumplen y empieza a nevar, dejando los picos totalmente tapados, así que nos lo tomamos con calma y decidimos realizar unas prácticas de alpinismo y autorescate por los alrededores del refugio. Ya no estamos solos y se nos une un grupo de 5 raquetistas y otro de 7 senderistas. Esto crea un ambiente más distendido y divertido, que aprovechamos para intercambiar impresiones sobre las distintas zonas visitadas.

No deja de nevar, así que el lunes por la mañana debemos abandonar de nuevo nuestros planes y decidimos bajar a Espot y ver desde allí, si vale la pena planificar una nueva ruta.

El descenso lo realizamos por la Llosa de Damunt rodeando el Pi d’Amitges, tramo delicado sin nieve abundante, donde se debe saltar alguna roca de 2-3 metros para llegar a la pista (recomendable descender directamente por la pista). Seguimos hasta alcanzar el GR-11. A ciegas y con la ayuda del GPS, llegamos esquiando hasta l’Estany de Sant Maurici, donde nos explican que la nieve llega hasta Espot. Como hemos reservado el taxi desde el refugio, decidimos bajar con el próximo 4x4 libre. El trayecto nos lleva más de una hora debido a las condiciones de la pista asfaltada, cubierta por unos 20 cm de nieve polvo, una estampa más típica del mes de febrero que del mes de mayo. La habilidad y la paciencia de la simpática conductora, nos dejará en la estación con la sensación de haber vivido una nueva mini aventura, con derrapadas incluidas. Se llaman taxistas, porque conducen los 4x4 públicos, pero realmente hacen de todo: de guarda forestal, de guía turístico… y si cae un árbol en medio de la pista, pues ellos mismos se encargan de limpiarlo.

El tiempo no mejora y, a pesar de que el martes parece que estará despejado, decidimos dar por concluida nuestra última aventura y volver a casa. El trayecto de regreso, todavía nos deja alguna sorpresa ya que, en estas fechas, con el deshielo, podemos ver saltos de agua espectaculares.

En resumen y a pesar del tiempo, buenas sensaciones que nos animan a repetir dentro de unos meses para visitar de nuevo el mismo paisaje, totalmente renovado después de estas abundantes nevadas.

 Iniciamos el trayecto desde l’Estany de Ratera.

La lluvia y las altas temperaturas, funden la nieve rápidamente.

 Refugi d’Amitges con el cielo totalmente tapado.

Entrada por el piso inferior a los dormitorios. Arriba el comedor y la cocina.
 
L’Agulla d’amitges es una de las cumbres más características
del pirineo catalán, junto con Els Encantats y el Pedraforca.

Foto de postal, más típica de invierno que de primavera.
Cielo engañoso y refugio no guardado a la derecha.

Últimos metros hasta la cumbre.

Nos atrapa el temporal. Visibilidad prácticamente nula.

Punta Oeste del Pic d’Amitges (2.848 m). La punta superior está totalmente tapada.

Tuc de Saboredo (2.829 m). Aspecto de la pala con la nieve muy mojada.

Practicando técnicas de alpinismo y autorescate.

Guardas del refugio y responsables de la agradable y acogedora estancia.

El temporal deja más de 40 cm de nieve acumulados.

¿Primeros de mayo? Cuesta creerlo.

Vehículo de los guardas. El sábado, la nieve llegaba hasta aquí.


Nacimiento del Riu Escrita, que desemboca en la Noguera Pallaresa.

El track. Referencia: Mapa Alpina Sant Maurici 1:25.000.

Detalle Pic d’Amitges. Verde = ascenso; rojo = descenso.

Altimetro.

Puedes descargar el track completo aquí.