lunes, 28 de febrero de 2011

… Y ahora los 110 Km/h

Que poco dura la alegría. Si la semana pasada, escribía satisfecho por la retirada de los 80 Km/h en Catalunya, ahora resulta que el gobierno central ha decido rebajar la velocidad máxima en autovías y autopistas a 110 Km/h. Dicen que es una medida provisional para ahorrar combustible, debido a la delicada situación en Libia.
Por lo visto si el precio del barril aumenta en 10 €, esto supone un gasto anual de 8.000 millones de €, aunque las previsiones de ahorro son de 1.400 millones.
No acabo de tener claro si esta medida, como tantas otras que nos propone este gobierno, cumplirá con los objetivos previstos. Seguro que dentro de un par de meses, veremos en las cadenas de televisión unos informes que demostraran lo efectiva que ha sido (siempre que no decidan esconder un informe que diga lo contrario), pero puestos a ahorrar, porque no a 100 Km/h, velocidad que según los expertos es la más efectiva para ahorrar combustible?

En Catalunya hace dos años, hubo una sequía importante y se llegó a temer por el suministro de agua corriente. Se tomaron algunas medidas a corto y medio plazo, pero la más inmediata, efectiva y económica, fue el ahorro de aproximadamente un 10% de consumo, gracias a la concienciación ciudadana. Porqué no se hace lo mismo en este caso? Si el ahorro es para mi bolsillo, porqué no me dejan decidir a mi como ahorrar? Hasta mis ahorros los tiene que decir el gobierno?

Te propongo que leas mi próximo artículo, con más de 10 trucos para ahorrar combustible, sin necesidad de que el gobierno tenga que decidir por ti. Si este gobierno hubiera sido coherente con sus propias propuestas, como la ficticia apuesta por las energías renovables, ahora tendríamos algo menos de dependencia energética. También podrían haber escuchado a expertos como los del RACC, que ya propusieron en su día un plan Renove para actualizar el parque automovilístico. El 40% de los coches que circulan en España tiene más de 10 años. El mismo coche en versión actual, consume un 20% menos, así que este plan hubiera sido el más efectivo, ya que beneficia al consumo, potencia el ahorro, es bueno para el medioambiente y de rebote, hubiera ayudado a aumentar las ventas de un sector en crisis, con lo que esto hubiera supuesto para la reactivación de la industria y la economía del país.

Una vez más, da la impresión de que navegamos sin rumbo. Nosotros no podemos decidir la dirección del viento, pero si que podemos orientar las velas y esa es la responsabilidad del patrón del barco, pero para fijar un rumbo, primero tenemos que saber a donde queremos ir y luego tener los conocimientos para realizar las maniobras adecuadas. Es este caso, parece que falla lo primero y lo segundo.


viernes, 25 de febrero de 2011

Sobre los 80 Km/h en la provincia de Barcelona

Ayer recorrí la autovía C-32 por primera vez desde que se eliminara el límite de 80 Km/h. Qué gusto!! Ir a 120 Km/h se ha convertido en toda una experiencia. Parecía que volara con el coche y por fin se me ha ido ese complejo de presunto ‘asesino’.
Ya se que muchos opinan que las medidas preventivas son positivas si con ello evitamos muertes en las carreteras, es decir, que el fin justifica los medios. Pero a mí, eso de que me puedan llevar a la cárcel por circular a 160 Km/h (el doble de la velocidad permitida), alegando conducción temeraria, no me parece ni correcto ni justo, porque, dónde está la temeridad?
Estoy de acuerdo con endurecer las penas para aquellos que incumpliendo la normativa, provoquen un accidente y lesionen o maten a alguien, pero no me parece correcto eso de presuponer que vas a hacer daño a alguien y se penalice antes de hacerlo. Porque, dónde ponemos el límite? Eso sería como detener a alguien por presunto ladrón, cuando todavía no ha cometido el delito. Cuales serían entonces los argumentos? Ser de una determinada etnia o raza? Por la forma de vestir? Por el idioma o el acento?
Parece algo banal, pero no lo es. Y es que en los últimos años hemos incorporado a nuestro lenguaje frases tan curiosas como ‘guerra preventiva’, a priori perecería absurdo provocar una guerra para evitar otra. Y esta de ‘imponer la democracia’, creo que no necesita mucha explicación. Cómo va imponer un pueblo su voluntad a otro, si la fuerza de la democracia precisamente está en el pueblo? Y la última, ‘la banca ética’ o camuflada últimamente con eso de ‘la banca cívica’… Pero eso me lo guardo para otra reflexión.
No veas si dan de sí los 80 Km/h. Ahora sólo falta que no seamos tan estúpidos de matarnos a 120 Km/h, porque realmente el 95% de los accidentes se pueden evitar, sólo hace falta conducir con un poquito más de atención y seguramente, con un poquito más de respeto.


jueves, 24 de febrero de 2011

Sobre el arco de seguridad en los aeropuertos...

Hoy he vuelto ha coger un avión. He seguido los pasos de siempre, facturación on-line para ganar tiempo, madrugón, desplazamiento al aeropuerto en coche, parking en la 4ª planta (siempre hay sitio cerca de la puerta y así camino menos…), caminata de unos 10 minutos por la terminal y llegada al control de seguridad. Primero un chico me pide el DNI y la tarjeta de embarque. Hace ver que la pasa por un escáner, pero no ha sonado el típico ‘pip’ cuando lee el código de barras. Llego al arco de seguridad y lo primero que hago es fijarme cual es el que tiene menos gente. Después me fijo en el personal que rodea el arco. Si veo gente alegre, es el elegido, de lo contrario intentaré dirigirme a otro disimuladamente (todo esto en apenas unos segundos).

Empiezo el molesto despelote, siempre me olvido el cinturón, que a veces pita y otras no. Me dirijo hacia el escáner y observo como me voy rodeando de gente con cara de cordero, esa que se nos pone a los pasajeros justo en el momento de poner nuestras cosas en el escáner y esperar la orden para cruzar el arco.
Cuando llega mi turno, un chico me da la orden de pasar con la mano, nada pita y me siento aliviado, pero el chico del escáner me pregunta si en la bolsa llevo un ordenador. Pues resulta que hay que pasarlo en una bandeja a parte, así que tengo que volver a coger una bandejita, poner mi ordenador portátil y volver a pasar por el arco de seguridad. Ahora pita. Claro, el cinturón (porque no habrá pintado la primera vez…?). Vuelvo hacia atrás. Otra bandejita con el cinturón a parte. Tercer intento y ahora no pita, pero el chico me dice que ponga los pies en una maquinita. Detrás una mujer viene descalza porque le han dicho que tiene que quitarse las botas. Por la cara que pone, creo que no le ha hecho mucha gracia.
El chico del escáner me dice que abra el ordenador y ahora ya me ha tocado lo que no suena… Como tengo tiempo y el avión no sale hasta dentro de 40 minutos, empiezo a protestar: que si no tenéis derecho, que si os inventáis las normas, que si se piensan que soy un terrorista…

Un hombre sentado delante de una pantalla (la del escáner), me mira con aires de grandeza y me dice, eso sí, educadamente, que si tengo algún problema me dirija a ‘esos señores’, unos señores con uniforme verde y cara muy seria, así que le doy las gracias, recojo mis cosas, me visto, hoy por segunda vez (no será la última porque es un viaje de ida y vuelta) y me dirijo hacia la puerta de embarque anunciada en la pantalla mientras voy pensando que he tenido suerte, hoy no tenía que dormir fuera y no he traído la bolsa de aseo personal, llena de productos sofisticados de alta tecnología, con los que podría inventarme una combinación explosiva y hacer volar una ciudad por los aires…

No he ganado nada, pero mi derecho a la pataleta no me lo han podido quitar y me he quedado muy a gusto… yo creo que hay que quejarse abiertamente, pero hay que hacerlo con educación. Somos un país en el que nos quejamos mucho, tal vez demasiado, pero no solemos hacerlo directamente, como si hacen los franceses (debe ser por eso que tienen esa fama…)

Últimamente he tenido que volar más de lo habitual, en vuelos nacionales e internacionales y no entiendo cual es realmente la directiva europea, porque lo que se hace en Madrid no es exactamente lo que se hace en Barcelona o Sevilla y no te digo nada si sales de Nápoles…
Por otro lado, el personal de seguridad pertenece a una empresa privada y como trabajadores lo que hacen es cumplir las órdenes que determina la empresa. Claro si estos incumplen una norma, la responsabilidad es de la empresa. En cambio, si la persona que se encarga de la seguridad es un agente de policía y no cumple la norma, de quien es la responsabilidad?
Me pregunto hasta que punto de libertad o dignidad estamos dispuestos a ceder  por el bien de nuestra seguridad. Se supone que soy sospechoso y por eso me hacen pasar tantas medidas de seguridad? Y… realmente sirven de algo todos estos controles? Alguna vez han pillado a alguien con una bomba en un arco de seguridad?

En fin… otro día lleno de preguntas sin respuestas que espero encontrar pronto, tal vez con la ayuda de mi amigo Google.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Fuera de juego…?

La publicación no tiene desperdicio. El diario AS falsificó una fotografía para demostrar que una jugada del pasado Barça-Athletic, era un claro fuera de juego. No contentos con marcar la línea que marca la posición sin la perspectiva correcta, BORRARON un defensa del Athletic. Insólito pero cierto. El director del diario alega un error de infografía, eso sí, muy avergonzado…

martes, 22 de febrero de 2011

Sangre en el móvil

Sabias que…?

En este mismo instante están funcionando 5.000 millones de teléfonos móviles.
Para la fabricación de las baterías de los móviles es imprescindible el tantalio, un superconductor que se extrae de la aleación coltán. El 80% de las reservas mundiales de coltán, están en la República Democrática del Congo, donde más de 5 millones de personas han muerto y 300.000 mujeres han sido violadas durante los últimos 15 años en las guerras por el control de las minas de este material. Se calcula que sólo pagando 20 euros más por móvil se acabaría con esta barbaridad.

Fuente: cuaderno del domingo / El Periódico de Catalunya. Documental “Sangre en el móvil”, de Frank P. Poulsen.