Últimamente podemos encontrar en mercados, pequeños
comercios, restaurantes y, cada vez más, en grandes superficies o comedores
escolares, un concepto conocido como “Km.0”.
Es una iniciativa para promocionar la compra y el consumo de productos agrícolas
y ganaderos de proximidad.
La iniciativa está basada en proyectos parecidos que han
tenido éxito en países como Reino Unido, Francia o Italia y recoge la tradición
de ir al mercado a comprar los productos alimentarios, directamente a los
productores.
Esta iniciativa se define bajo tres grandes ejes:
·
Concienciación en la lucha para mejorar el medioambiente y frenar el cambio
climático. Esto se consigue evitando emisiones de CO2 por el
transporte y menor consumo de envases y embalajes, especialmente los no
reutilizables o de materiales no oxo-biodegradables.
·
Apoyo a los productores
locales, con lo que se consigue asegurar mayores ingresos y facilitar el
acceso al canal comercial de grandes superficies. Con la venta de productos
autóctonos de temporada se consigue reducir los costes, evitando el transporte de
largas distancias, por lo que se ahorra en almacenaje, envasado y combustible.
Siguiendo los ciclos naturales de las estaciones, se consigue también limitar
el uso de energía.
·
Los consumidores,
que cambian sus preferencias por productos, que además de ser más económicos,
son especialmente sensibles a las características de nutrición y seguridad
alimentaria y que buscan, cada vez más, conocer el origen de los productos y
los métodos de producción. Es una forma de valorar el producto, donde la
decisión de compra no está basada únicamente en el precio.
Los productos agrícolas de proximidad son productos sanos,
sabrosos y con mayor aporte nutricional, ya que en el momento de su recolección
mantienen intactas todas las propiedades
organolépticas. También son más económicos gracias a la contención de
costes de producción y la ausencia de intermediarios. Además, la “cadena corta”, hace posible la
transparencia a la hora de fijar el precio, algo casi imposible cuando en la
cadena intervienen muchos intermediarios. De esta manera el agricultor tiene la
oportunidad de recuperar una parte del valor añadido de sus productos,
contribuyendo de esta manera a la supervivencia del territorio.
Ahora cuando veamos las etiquetas referidas a Km.0 sabremos que los productos:
·
Provienen de productores agrícolas y ganaderos
registrados, que cumplen todas las garantías de control de la normativa
comunitaria.
·
Garantizan la reducción de emisiones de
partículas contaminantes debido al transporte de largas distancias.
·
Reducen la producción de residuos inorgánicos en
su envasado y embalaje.
·
Provienen del trato directo con el productor,
reduciendo en número de intermediarios.
·
Ayudan a nuestros agricultores y ganaderos, a la
difusión de nuevos estilos de consumo responsable.