miércoles, 28 de marzo de 2012

El castellano de Goya

Reproduzco una carta que leí en La Vanguardia el pasado jueves 21 de marzo y su posterior respuesta:

Errores ortográficos

Recientemente visitamos la exposición Goya. Luces y sombras, que se presenta en Barcelona gracias a la cooperación entre el Museo del Prado y CaixaForum. Magnífica presentación de más de cien obras del genial artista. Pero la buena imagen de un trabajo bien hecho se me vino abajo al ver graves errores de ortografía en el título de algún cuadro. Por citar alguno, la palabra aire estaba escrita “ayre” y no era lo único que hería la vista. Es de esperar que actos de alto nivel cultural tengan una minuciosa preparación antes de ser presentados al público. Si se está poniendo el acento en el correcto uso del catalán, por favor, cuidemos el castellano, que es una lengua universal. Espero que estos errores ya hayan sido corregidos. 
Lourdes Camps Carmona, Barcelona

LA RESPUESTA

El castellano de Goya

La Obra Social La Caixa desea aclarar, en relación con las posibles faltas de ortografía en los títulos de algunas de las obras que componen la exposición Goya. Luces y sombras, que el criterio que ha prevalecido en la titulación de los cuadros ha sido el de respetar la ortografía original utilizada por el pintor Francisco de Goya, en el castellano de su época. De común acuerdo con el Museo Nacional del Prado, coorganizador de la retrospectiva, se ha seguido el mismo criterio en el catálogo razonado de la exposición. Las vacilaciones ortográficas son típicas del periodo posterior al intento de regulación normativa impulsado por la Real Academia Española en el año 1727. En todas sus exposiciones y publicaciones, la Obra Social La Caixa respeta escrupulosamente el correcto uso de todas las lenguas oficiales de España.
Ignasi Miró
Director del área de cultura de la Obra Social La Caixa


Pues no se que cara se le quedará a la Sra. Lourdes Camps Carmona de Barcelona, después de leer la respuesta del organizador del evento y comprobar la monumental metedura de pata. Y es que para dar lecciones, se requiere un nivel cultural mínimo, por lo menos, el imprescindible para leer. Algo que le hubiera ayudado a entender las explicaciones del folleto informativo y eso, sin mencionar el tufillo anticatalán que desprende la carta.

Ya sabemos que vivimos en un país donde todos llevamos dentro un entrenador de fútbol, un médico o un economista y que además, podemos dar lecciones al ingeniero o arquitecto de turno cuando la obra no es de nuestro agrado, pero lo mejor que podemos hacer con la ignorancia es esconderla, o nos arriesgamos a quedar en evidencia delante de todo el mundo.

Disfrute de su carta Sra. Lourdes Camps Carmona de Barcelona y gracias, hoy me ha hecho sonreír.

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