viernes, 8 de abril de 2011

Twitter 1 – Eurodiputados 0

No es noticia que las redes sociales están revolucionando nuestra comunicación. Además, recientemente hemos visto la potencia que tiene para cambiar gobiernos, países cuya población parecía dormida, se revelan contra los abusos de poder de los gobernantes de turno.
Ya no hace falta salir a la calle para protestar. Un modelo complicado por la movilización que requiere, se deben pedir permisos y es costoso. Además, los grupos más radicales, suelen infiltrarse provocando destrozos para llamar la atención. Ahora, publicando un hashtag llamativo, tipo #eurodiputadoscaraduras, anunciando que los eurodiputados votan si viajarán en clase Business o clase Turista, se provoca un auténtico incendio social, que obliga a los políticos a dar explicaciones incoherentes y contradictorias. Por los visto, se ha conseguido más con unas horas de Twitter, que en unas semanas organizando la manifestación de los jóvenes de ayer por las calles de algunas ciudades.

Ahora bien, esta noticia requiere matices, los matices que precisamente se pierden en comentarios de 140 caracteres. Esta ley es del año 2009 y me pregunto porque se crea tanto revuelo ahora que se vota una enmienda. Seguro que hay intereses creados, pero una gran mayoría de la población que está muy harta, piensa que tenemos unos gobernantes que no nos merecemos y que no nos representan.

La ministra Sinde tuvo que modificar su ley sobre las descargas en Internet por la presión de las asociaciones de internautas,  pero no todo está en la red, porque si detrás no hay una estructura social organizada, los mensajes no sirven de nada.
En cualquier caso, algunos partidos políticos han declarado públicamente que piensan cambiar su voto (algunos siquiera sabían lo que se votaba), así que contemplo con ilusión, como la sociedad empieza a despertar y a exigir a los gobernantes más ética profesional y menos monsergas. Algo se mueve ahí fuera y yo no me lo quiero perder.



Por cierto, Twitter nació en Olesa de Montserrat (Catalunya), no es broma. Pero eso me da para otro artículo, así que lo dejo para otro día.

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